Plagas en comunidades de vecinos y en el hogar: el mantenimiento y la prevención son claves para evitarlas.

Las zonas húmedas y oscuras como bodegas, parking, subterráneos, salas donde se sitúan bombas, ascensores etc. suelen ser los lugares habituales donde suelen generarse las plagas en comunidades de vecinos.

Normalmente solemos hablar de roedores y cucarachas como las principales plagas que pueden afectar a una comunidad de vecinos. La proliferación de ambas plagas y especialmente las cucarachas, se relacionan con la falta de higiene.

Si la casa afectada por la plaga mantiene unos adecuados niveles de limpieza, y se toman las medidas para prevenir cucarachas , probablemente el origen de la plaga está en otra vivienda de la comunidad, o simplemente en los sótanos, calderas, etc.

Puede pasar que las diferentes plagas estén llegando a la comunidad de vecinos por la red de saneamiento público, o por un solar abandonado, etc. en cuyo caso se deberá avisar al área de Salud y Consumo del Ayuntamiento.

Para prevenir las plagas hay que procurar tener la casa limpia, ordenada y aireada. Para ello, al menos una vez al mes, conviene hacer una limpieza exhaustiva.

Comprobar que se realizan las tareas de limpieza periódicas  de la comunidad, especialmente de las zonas bajas y subterráneas de la comunidad como sótanos, garajes e incluso de la zona donde suelen estar los contenedores de basura correspondientes.

Es muy importante que las personas encargadas de la limpieza de la comunidad realicen de forma periódica revisiones que puedan detectar la presencia de plagas para eliminarlas adecuadamente.

Existen tres actuaciones fundamentales:

  • La desinsectación: tiene como objetivo la eliminación de insectos. Hay que  intentar  siempre utilizar la menor cantidad de insecticida y de productos químicos para eliminar las plagas de insectos y, si es posible, se usan geles y trampas de feromonas, con el fin de respetar el medio ambiente y la salud de las personas.
  • La desinfección:  es una técnica de saneamiento para destruir los microorganismos patógenos (bacterias, virus y hongos) mediante la nebulización y pulverización de productos químicos. La desinfección de los hogares se hace, a menudo, con agentes químicos, que son tóxicos para los microorganismos, pero tienen el mínimo impacto para el ser humano y el medio ambiente. Mediante un aparato microdifusor, el desinfectante se emite fragmentado en gotas muy pequeñas que se reparten de manera homogénea por todos los puntos de la casa.
  • La fumigación: es una técnica de desinfección más agresiva que se aplica para controlar plagas en hogares y cultivos. El método de fumigación en hogares o ambientes cerrados se basa en la aplicación de un gas (como el bromuro de metilo) que es muy dañino para la salud. Por ello, después de realizarse el proceso de fumigación, se debe medir el grado de toxicidad en el ambiente para comprobar si la vivienda puede habitarse de nuevo.
  • La desratización: la desratización tiene por objeto la eliminación de ratas y ratones de un determinado lugar para reducir al mínimo el impacto en el hombre. Puede entenderse desde dos aspectos diferentes:
    La desratización pasiva: es la técnica defensiva que impide que los roedores penetren, vivan y proliferen en la vivienda.
    La desratización activa: integrada por métodos físicos, químicos y biológicos. Su objetivo es el control de las poblaciones de roedores.

El adecuado control de plagas es indispensable en cualquier tipo de comunidad, ya que asegura un ambiente limpio y sano, libre de insectos y animales transmisores de virus y bacterias que pueden suponer una amenaza a la salud pública.

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